viernes, 23 de febrero de 2007

Cambiando redes rotas por una vida nueva...



"En el capítulo anterior... JEJE" Vimos a Jesús anunciando "arrepentíos y creed" en el evangelio, éstas dos piernas sin las que es imposible la vida Cristiana.


El evangelio de Marcos ahora nos cuenta del verso 16 al 20 lo siguiente:


"Andando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. 17Y les dijo Jesús: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres. 18Y dejando luego sus redes, le siguieron. 19Pasando de allí un poco más adelante, vio a Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan su hermano, también ellos en la barca, que remendaban las redes. 20Y luego los llamó; y dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, le siguieron."


Siempre que se piensa o se habla de los apóstoles, en especial de Pedro, Andrés y Juan y su hermano, uno (a pesar de las debilidades que eventualmente mostraron) piensa en grandes hombres de fe, y es cierto. Sin embargo estos hombres no tenían NADA fuera de lo común, no tenían un "halo" sobre sus cabezas. De hecho, si cualquiera de nosotros recibiera la encomienda de reclutar a 12 hombres para "trastornar al mundo" no hubiésemos escogido JAMAS a estos 4, ni a los otros 8 tampoco. EMPEZANDO POR SUPUESTO por Judas Iscariote.


No eran expertos en la ley, no eran religiosos, y probablemente hasta tendrían una pésima presentación ¡y qué decir del olor!. Yo creo que cualquiera de ellos era olfateable a metros de distancia:


-chales huele a fish!!

-Hola buenas tardes, me puede dar u..

-Caramba Pedro!!! me echas a correr la clientela!! ya te he dicho que pases antes de ir a trabajar carnal!!


Lo que sí tenían aplaudible es que los cuates eran chambeadores pero ¡EN SERIO!. Yo creo que cualquier trabajo, en su edad más temprana era más agotador físicamente que ahora. Pero la pesca, eran palabras mayores. Principalmente pescaban de noche, cuando las aguas están más tranquilas y los peces suben a la superficie a comer. El trabajo consistía (como Lalito me platicaba el otro día) en echar la red (que tendría puntitas de plomo en las orillas para hacer que se hundiera) una y otra vez, lo cual implicaba mucha fuerza de voluntad (para sacar la red sin peces y doblarla de la manera correcta antes de volverla echar) y fuerza física. Muchas veces se lograba pescar muy poco o nada en toda la noche. Ya que lograbas acumular una buena cantidad de peces, tenías que llevarlos a la orilla, contarlos, y venderlos.


¡Eso requería tenacidad!, en éste punto muchos de nosotros podríamos estar pensando: "¡yo soy SUPER chambeador, yo ya la hice!", en efecto llama la atención que en el momento de llamar Jesús a varios de sus discípulos, (al menos los registrados en los evangelios) estaban trabajando, incluso los angeles que dieron el anuncio del nacimiento de Jesús, lo hicieron a pastores en la vigilia de la noche. Pero hay otra característica interesante en el llamado de estos pescadores: supieron darle a Jesús, el primer lugar en su vida. La frase: "dejaron luego sus redes..." sería mejor traducida así: "dejaron de inmediato sus redes..."


Imagina que Jesús MISMO entra a tu trabajo o changarro: "Lalo... (o Gerardo, Luis, Alex, etc.) sígueme, desde hoy ya no vas a vender pan, ahora vas a regalar el pan que da vida eterna..."

Perdónenme la franquza, si Cristo hubiese entrado a mi changarro (renta de internet) yo le hubiera dicho algo así como: "híjole... simón simón! sí le entro, nomás aguántame tantito, tengo que entregar unos discos, y nadamás que acaben estos cuates, me pagaron una hora y les faltan 20 minutos"


No me malentiendan, no estoy hablando de ser desobligados con nuestros compromisos, estoy hablando de que muchas veces nos perdemos lo más importante por lo que parece más importante pero no lo es. Estoy hablando de tener prioridades, y darle a Jesús el lugar que merece, el lugar de Dios.


Hace algunos días un cuate me dijo algo muy cierto: "carnal, te puedes volver esclavo hasta de un puesto de pepitas". Jesús vino a darnos vida, y VIDA EN ABUNDANCIA, vida ETERNA. Jesús dijo alguna vez mientras oraba:


"Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado." Jn. 17:3


Es increíble que siempre nos damos tiempo para lo que consideramos más importante. Pero fallamos en entender que lo más importante es el llamado de Jesús a seguirle. Sí claro, el llamamiento a Pedro y los demás tenía una misión única y ese llamado fué muy personal. Sin embargo TODOS estamos llamados a seguir a Jesús, en eso consiste la vida eterna y el verdadero cristianismo: "SEGUIR a Jesús". No saber cosas acerca de él, ni aprenderse sus palabras, etc. Sino en SEGUIRLE y conocerle a través de SU Palabra.


Dice el texto que Juan y su carnal remendaban las redes, esto era algo normal, se desgastaban o se rompían muy a menudo. Es probable que la expresión significara también el simple hecho de dejarlas preparadas para usarlas en la siguiente jornada. Y así estamos muchos, con nuestras vidas y recursos desgastados, preparandonos para tratar de pescar la razón de vivir en la siguiente jornada. Lo que necesitamos no es remendar nuestra vida, necesitamos una vida nueva, y esa... Jesús nos la ofrece. No cometas el error de perder una vida nueva, por aferrarte a una red rota y a una vieja... vieja barca. Simplemente sigámosle.

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